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Normas para prevenir y controlar la legionella en sistemas de ACS

Normas para prevenir y controlar la legionella en sistemas de ACS

La normativa para los sistemas de ACS tiene como objetivo garantizar una buena instalación, funcionamiento y mantenimiento de las instalaciones térmica lo que a su vez permite puesta un control y uso adecuado y racional de la energía así como el control la legionella en el ACS. Específicamente el control de la bacteria Legionella pneumophila en instalaciones cuenta con una Norma específica; la UNE 100030:2017 para Instalación de ACS con acumulación centralizada y circuito de retorno.

La bacteria de la legionella que puede dañar los sistemas de ACS, causante de la legionelosis aparece frecuentemente en aguas dulces y puede llegar a colonizar los sistemas de aire acondicionado o refrigeración y las instalaciones de agua caliente sanitaria (sobre todo depósitos donde se almacena el agua, como los termos eléctricos).

Para evitar su aparición y proliferación en instalaciones de agua caliente sanitaria, la normativa vigente establece una serie de criterios higiénico-sanitarios y unas recomendaciones. La norma hace referencia a la temperatura del agua y las condiciones y tipos de acumuladores.

Exigencias y recomendaciones respecto a la temperatura del agua

  • Debe ser en todo momento igual o superior a 50 ºC en cualquier punto de la instalación.
  • En los establecimientos sensibles como centros sanitarios o residencias geriátricas, es recomendable que la temperatura sea superior a 55 ºC pudiendo disminuirse a 50 ºC si la instalación dispone de sistemas de desinfección complementaria específicos para ACS.
  • El tiempo en el cual se alcancen dichas temperaturas una vez abierto completamente el grifo o dispositivo de vaciado debe ser menor de un minuto.
  • La temperatura de acumulación centralizada del agua debe ser en todo momento igual o superior a 60 ºC. En el caso de interacumu­ladores de doble tanque, la tem­peratura del agua debe ser como mínimo de 70 ºC.
  • El sistema de calentamiento debe ser capaz de elevar la temperatura del agua hasta 70 ºC o más en los depósitos acumuladores, y hasta 60 ºC o más en el punto más alejado de la red de distribución para su desinfección.

Exigencias y recomendaciones respecto a los acumuladores de ACS

  • Deben estar calorífugados según normativa vigente, para evitar el descenso de la temperatura del agua hacia el intervalo de máxima proliferación de Legionella.
  • Deben de contar con varios elementos:
    • Una boca de regis­tro de fácil acceso para su limpieza interior.
    • Un siste­ma de medida que muestre la temperatura del agua del inte­rior del acumulador.
    • Una válvula de purga accesible con punto de descarga visible en el punto más bajo que per­mita el vaciado completo y la toma de muestras de agua.
  • Los acumuladores de ACS mayores a 750 litros deben contar con un acceso adecuado a su tamaño, ex­cepto si son de doble tanque. En todo caso deben dispo­ner de:
    • Una boca de hombre con un diámetro interior mí­nimo de 400 mm, fácilmente accesible y libre de obstáculos, para entrar en el depó­sito para realizar las operacio­nes de inspección, limpieza,desinfección, mantenimiento y prevención de la corrosión.
    • Se recomienda la instalación de un sistema de purga auto­matizada y programable.
  • Cuando se utilice un sistema de aprovechamiento térmico con acumulación de agua de consumo, en el que no se asegure de forma continua una temperatura superior a 60 ºC (por ejemplo energía solar, bomba de calor, geoter­mia … ), se debe garantizar que posteriormente se alcance la temperatura de 60 ºC en otro acumulador final antes de la distribución hacia el consumo. Adicionalmente, para minimi­zar riesgos, es recomendable implantar sistemas comple­mentarios de desinfección en continuo químicos o fisicoquímicos.

Dichas exigencias y recomendaciones son extensibles a las instalaciones de ACS con acumulación centralizada y sin circuito de retorno.

Legionella en el ACS, qué es y síntomas de la enfermedad de la legionelosis

legionalla en el acs

Imagen microscópica de la bacteria Legionella pneumophila

La legionella o legionelosis es una enfermedad causada por la bacteria Legionella pneumophila que presenta fundamentalmente dos formas clínicas diferentes: por un lado la infección pulmonar o enfermedad de legionario, que se caracteriza por ser una neumonía con fiebre alta, y por otro la forma conocida como fiebre de Pontiac, que se manifiesta como un síndrome febril agudo. Así, en lo que respecta a la gravedad de la enfermedad, esta puede ir desde una tos leve hasta una neumonía de carácter grave que cause la muerte provocada por una progresiva falta de aire en los pulmones, conmoción e insuficiencia multiorgánica. Según la Organización Mundial de la Salud, esta enfermedad se localiza en todas las partes del mundo. La infección por legionella puede ser adquirida fundamentalmente en dos grandes ámbitos: el comunitario y el hospitalario. En ambos casos, la enfermedad puede presentarse en forma de brotes, casos relacionados o casos aislados o esporádicos.