Los silos de biomasa permiten un almacenamiento mayor para los sistemas de biomasa, permitiendo alargar los intervalos de llenado de combustible.
El combustible, pellet normalmente, se introduce por la parte superior y se descarga para la alimentación de la caldera por la parte inferior, mediante un tornillo sinfín o un sistema neumático.
Tipos de silos de biomasa
Para seleccionar el tipo de almacenamiento del material de biomasa debemos de tener en cuenta sobre todo el tipo de combustible que vamos a utilizar, el consumo que requiere nuestra instalación y el espacio del que disponemos.
Para seleccionar el tipo de almacenamiento del material de biomasa debemos de tener en cuenta sobre todo el tipo de combustible que vamos a utilizar, el consumo que requiere nuestra instalación y el espacio del que disponemos. El Reglamento de instalaciones Térmicas en Edificios, RITE, establece que, en edificios nuevos, la capacidad mínima de almacenamiento será la suficiente para cubrir el consumo de 15 días.
Silos en función del combustible
- Leña: no requiere de un silo ya que la carga es manual. Sí hay que tener en cuenta que es necesario reservar un espacio para el combustible que esté suficientemente protegido de la lluvia y la humedad.
- Astillas: es necesario instalar un silo de obra con un transporte mecánico con un agitador o removedor.
- Pellets: En este caso, podremos instalar varios tipos de silos:
- Silos prefabricados. La principal ventaja que aporta este tipo de silo es su facilidad y rapidez de instalación, aunque para instalarlo deberemos contar con espacio suficiente. Existen de muchos modelos y también podemos elegir entre materiales como el metal o los silos textiles, más ligeros y que pueden admitir hasta 8 Tn de pellets. La diferencia sustancial en los silos de biomasa prefabricados reside en su modalidad de carga. La carga manual es la más común porque ocupa menos espacio en la sala de calderas y es la más adecuada para instalaciones con un consumo reducido o que sean más pequeñas. La carga neumática suele ser más normal en instalaciones con consumos más altos en los que la capacidad del silo y su llenado y vaciado es más habitual.
- Silos de obra. Si tenemos espacio suficiente y los consumos son altos, se pueden construir silos ad hoc, especialmente para la alimentación de la caldera de biomasa. En este caso, el almacenamiento se multiplica y aumenta considerablemente la inversión. El silo de obra debe de incorporar lógicamente un sistema de carga neumática para facilitar su llenado.
- Silo auxiliar de caldera. Es un accesorio de la cadera, que lo suministra el mismo fabricante de la caldera como opcional, y se ubica junto a la caldera. Normalmente están fabricados en acero al carbono, disponen de un sinfín para el transporte de combustible hasta la caldera.
Silos en función de la ubicación
- Interiores
Cuando se decide instalar el silo dentro de un almacén o estancia lo más importante es la impermeabilización de ese lugar para evitar la entrada de agua del subsuelo o de las paredes en los sótanos. Además, debe haber una excelente ventilación para permitir el secado de la materia de biomasa y evitar la aparición de mohos.
- Exteriores
Si la instalación se realiza en el exterior, es decir, a la intemperie, se deben tener en cuenta aspectos como la carga de viento, o la necesidad de incluir una capa de protección contra la lluvia o de protección UV. A este respecto, el tipo de material con el que se haya construido el silo es el que determinará algunas características, tal y como aparece en la siguiente tabla.
- Subterráneos
Una gran opción cuando no existe espacio suficiente para el almacenamiento dentro de la vivienda o en el exterior, una modalidad menos común pero también posible es realizar un silo enterrado bajo el jardín o en la entrada del garaje. La inversión también será alta, pero se consigue que el sistema de almacenamiento no ocupe espacio.
Suelen ser de hormigón o material plástico. Por las características de su ubicación, es obligatorio que cumplan una serie de requisitos:
- Herméticos
- Total impermeabilidad, lo más importante es que el combustible no recoja humedad.
- Evitar la condensación
- Estar asegurados contra la flotabilidad causada por una crecida de las aguas subterráneas
Tres tipos de ubicaciones pero diversos tipos de silos en cuanto a materiales, sistemas de extracción de la biomasa… Sin embargo, todas tienen algo en común: la ejecución de estos proyectos requieren de una cuidadosa planificación en la que siempre se debe respetar la normativa local y otros reglamentos para el almacenamiento de combustible.
Además del tipo de combustible y otros factores, como ya se ha indicado, el consumo previsto de la instalación definirá el tipo y el tamaño del silo. Normalmente se recomienda que el máximo de capacidad sea de 2 ó 3 cargas completas anuales. Un silo demasiado pequeño hará que continuamente tengamos que recargarlo y uno excesivamente grande restará mucho espacio. En instalaciones particulares normalmente se instalan minisilos metálicos o textiles adecuados a un consumo medio que permiten equilibrar el espacio y la comodidad del sistema de almacenamiento de biomasa.
Es imprescindible dejarse aconsejar por un profesional en la instalación de todo el sistema de biomasa y también en lo relativo al dimensionamiento y tipo de almacenamiento y carga del combustible.