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Eficiencia energética en hoteles: Una puerta al éxito

Eficiencia energética en hoteles: Una puerta al éxito

El consumo energético es uno de los mayores costes que tienen los establecimientos hoteleros. Y es que dentro de la energética se incluyen los gastos derivados de los sistemas de calefacción, refrigeración o agua caliente. Explicaremos cómo se puede mejorar la eficiencia energética en hoteles gracias a sistemas que aprovechan las energías renovables.

Según el tipo de establecimiento, esta cifra puede suponer hasta un 25% de los gastos totales. Así que optimizar el rendimiento energético, tanto para establecimientos nuevos como los ya construidos, permite al alojamiento ser más competitivos y rentables a nivel económico. Por tanto, la clave es conseguir reducir el consumo pero de una manera inteligente y sin que el cliente lo llegue a percibir de manera directa. De este modo no afectará negativamente ni a su confort ni a aspectos relacionados con la comodidad de uso.

Y es que quien visita un hotel espera la máxima comodidad y disfrutar de todas las instalaciones, sin tener que preocuparse como lo hace en casa del gasto o consumo energético. Y para que eso sea rentable para el negocio de un alojamiento, hay soluciones específicas que, además de reducir el gasto, mantienen o aumentan la satisfacción del cliente.

¿Cómo conocer las soluciones más interesantes para cada tipo de negocio? Como primer paso, una opción más que recomendable es solicitar a una empresa especializada que realice una auditoría de eficiencia energética. En ella se analizarán las instalaciones actuales y todos los factores implicados en el consumo energético. La auditoría energética planteará nuevas oportunidades para optimizar el confort y consumo de las instalaciones; así como disminuir costes en la factura energética y reducir el impacto ambiental.

 

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Eficiencia energética en los hoteles con las energías renovables

El aprovechamiento de las fuentes naturales de energía ofrece grandes posibilidades de ahorro para este tipo de instalaciones. Frente al uso de sistemas convencionales, se pueden conseguir ahorros energéticos superiores al 80% en electricidad y al 50% en consumos de combustible.

Por ejemplo, con el uso de captadores de energía solar térmica se puede cubrir un alto porcentaje de las necesidades de agua caliente sanitaria anuales. O con los equipos de biomasa se consigue reducir el coste anual relacionado con la calefacción de las estancias.

Con ambas se cumple la normativa acorde a la climatización de piscinas que obliga a utilizar energías renovables para climatizar el agua de las piscinas interiores y descubiertas. Y en el caso de usar calderas de biomasa para piscinas descubiertas, se cuenta con la ventaja de poder alargar la temporada en los hoteles más allá de los meses de verano.

Además, no debemos olvidarnos de los sistemas de control de la climatización.  En el Reglamento para Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), por ejemplo, se establece como temperatura ideal para el invierno los 21 ºC. Con los sistemas de control de la climatización se optimiza la programación de la temperatura y se estima que por cada grado que aumentamos o disminuimos la misma, el consumo energético aumenta un 7%.

El personal un punto clave en el ahorro

Por último, resulta fundamental que el propio personal que trabaja en el hotel esté  concienciado sobre la importancia de optimizar los recursos ya que también son consumidores de los mismos durante su jornada laboral, a la vez que ejercen de “embajadores” del hotel ante los clientes y pueden comunicar las ventajas “energéticas” que se ofrecen en el mismo.