El confinamiento provocado por el coronavirus ha hecho de la casa el lugar en el que la mayoría pasamos todo el tiempo. Sentirse cómodo y en un ambiente saludable en casa siempre ha sido importante y ahora lo es todavía más, por ello hablaremos de cómo conseguir la temperatura ideal para tu casa.
Uno de los aspectos más importantes es mantener una temperatura adecuada en el interior del hogar y adaptarla a las condiciones de cada época del año. Ahora en primavera se suelen alternar días más fríos con otros más templados, así que conozcamos las claves para pasar estos días en casa, también desde el punto de vista térmico, de la mejor manera.
La temperatura de confort, en general
Se define como aquella en la que no experimentamos sensación de frío ni de calor. El confort en casa es también salud. Para ello deberemos conseguir que nuestro hogar se mantenga a unos 20-21ºC durante el día y los 15-17ºC por la noche. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), estos son los rangos ideales para conseguir el equilibrio adecuado entre confort y eficiencia energética.
Aunque cada persona tiene una sensación térmica, el uso del termostato no debe de ser motivo de discusión y, si alguien en rangos de 20-21ºC tiene frío, deberá abrigarse o, sin por el contrario, tiene sensación de calor, deberá quitarse alguna prenda y beber líquidos.
Aumentar la temperatura por encima de esos niveles supondrá un derroche energético que notaremos en la factura a final de mes, además de ofrecernos una sensación de confort errónea al vivir en un ambiente con una temperatura excesivamente alta lo que no beneficia nuestra salud. Hay que tener en cuenta que una diferencia de un 1 grado puede reducir o aumentar entre un 10% y un 20% el consumo energético.
La temperatura de confort cuando hay niños pequeños
Una de las excepciones que debemos de tener en cuenta son los bebés. Los pediatras recomiendan que la temperatura del hogar para un bebé oscile entre los 22º-24ºC por el día y los 18º-20ºC por la noche. De este modo deberemos subir ligeramente el termostato para conseguir que tengan la temperatura de confort adecuada.
También tendremos que tener especial cuidado con personas especialmente vulnerables como ancianos o personas con patologías que requieren un cuidado especial.
Según la actividad y la temperatura exterior variará la sensación térmica
Durante estos días también realizamos ejercicio físico dentro del hogar por lo que, después del esfuerzo, la temperatura de confort se modificará hasta que nos recuperemos. También depende mucho de la propia sensación de cada persona, la actividad que está realizando y, por supuesto de la ropa, que llevamos en casa y de si es excesiva o escasa para cada época del año o según la temperatura exterior. La temperatura exterior afecta mucho a la temperatura interior. Si el día es frío notaremos que una camiseta en casa no es suficiente y deberemos abrigarnos en vez de subir el termostato.
Será mucho más fácil conseguir una temperatura de confort en casa si contamos con un aislamiento correcto de la vivienda, en especial de las ventanas. También es clave tener instalado un sistema de calefacción eficiente y regulable tanto de forma general como por estancia. Uno de los sistemas que ofrece mayor confort en la temperatura de la vivienda es la calefacción por pellets, que utiliza energía renovable y además conlleva un ahorro energético.
Por otro lado, ventilar diariamente la casa es indispensable para evitar sensación de ambiente cargado permitiendo la entrada de aire más puro. Se recomienda hacerlo mientras la calefacción está apagada.
La importancia de la humedad
La humedad relativa hace referencia a la relación entre la cantidad de vapor de agua que tiene una masa de aire y la capacidad máxima que podría albergar. El concepto “humedad relativa” está relacionado con la sensación térmica, ya que, a mayor humedad, mayor será la sensación de frío. Además la humedad varía mucho según la ubicación geográfica y en consecuencia el clima y si es más seco o más húmedo. Por ello, cobra gran importancia contar con un sistema de calefacción que maximice la sensación de confort en todo tipo de viviendas, ya sea con calderas de condensación u otras que utilicen energías renovables como las de biomasa, aerotermia, energía solar, etc.
Se considera que la temperatura ideal de casa se ajusta a una humedad relativa del 40-50%. Cuando la humedad es inferior (por debajo del 20%), la excesiva sequedad aumenta el riesgo de infecciones respiratorias y si es muy elevada (sobre el 80%) el ambiente puede hacer que proliferen ácaros y hongos nocivos para la salud. Si no se consigue regular la humedad habrá que recurrir a aparatos como humidificadores o deshumidificadores.