Las calderas biomasa requieren de un mantenimiento periódico por parte de un profesional para mantenerla en perfectas condiciones principalmente para su uso intensivo durante los meses de invierno. Sin embargo, el usuario también puede contribuir a que la caldera esté en perfectas condiciones de uso. Veamos algunos consejos sobre cómo hacerlo.
El uso de las calderas disminuye mucho durante la primavera y especialmente el verano. Si utilizamos la caldera exclusivamente para la calefacción, el uso será nulo por lo que es un buen momento para hacer un mantenimiento más a fondo del sistema.
Como hemos indicado, el mantenimiento de las calderas biomasa tiene una parte «oficial» que debe de llevarse a cabo exclusivamente por una persona acreditada. Sin embargo, existe un «mantenimiento y control no oficial» que es necesario y debe de llevarlo a cabo el mismo usuario de la caldera.
Un seguimiento y mantenimiento regular por parte del usuario permitirá aumentar la eficiencia del sistema, ahorrar en la factura energética y ganar en seguridad. No debemos olvidar que una caldera revisada a menudo es más eficiente. Pero para realizar un buen mantenimiento debemos prestar atención a varias recomendaciones:
Pautas para un buen mantenimiento de las calderas de biomasa
Estar atento al funcionamiento de la caldera de biomasa
Es indispensable revisar el funcionamiento correcto de la caldera y si el nivel de calor es el óptimo. En el momento que veamos que tarda en «calentar o en ponerse en marcha» o bien el calor generado no es el deseado deberemos de avisar al técnico. Además, es importante estar al tanto de ruidos extraños, fugas, grietas o marcas de hollín negro, ya que puede significar que existe un problema en el sistema.
También debemos de echar un vistazo de vez en cuando al color de la llama; debe de ser una llama limpia. Si observamos que la llama es amarillenta o ahumada debemos contactar con el técnico. Cualquier señal de advertencia detectada a tiempo puede evitar una avería más grave.

Un profesional debe de realizar la revisión periódica de la caldera de biomasa
Ventilación adecuada
Mantener las ventilaciones libres de obstáculos siempre y controlar que no haya desorden alrededor del aparato.
Si la caldera está en un garaje, armario o trastero, la ventilación debe de ser la adecuada y nunca se deben colocar enseres u objetos encima.
Control de la presión
Con el paso del tiempo las calderas pueden perder presión, lo que puede condicionar su funcionamiento. Se debe comprobar el indicador de la presión, y en caso de ser necesario aumentarla consultando el manual de uso. Si no estamos seguros de realizar esta tarea siempre deberemos de contactar con el técnico que nos indicará los pasos a seguir o bien realizará una inspección in situ.
Limpieza de ceniza
Abrir la puerta del depósito de las cenizas y vaciar el cenicero en su totalidad. Se debe aspirar en todos los rincones donde se pueda llegar sin problemas después de haber vaciado el cenicero por completo.
El funcionamiento de las calderas biomasa es bastante similar a cualquier otro tipo de caldera. Sin embargo, el tipo de combustible que utilizan es diferente; pueden ser pellets, astillas, leña u otro tipo de combustibles naturales como huesos de aceituna.
Normalmente la alimentación de la caldera se realiza mediante un contenedor donde el usuario introduce el biocombustible. Desde dicho contenedor la biomasa es dirigida al interior de la caldera en donde se lleva a cabo la combustión y posterior generación de la energía térmica.
En función del tipo de combustible se producirá mayor o menor cantidad de residuo de la combustión que será en forma de cenizas. Dichas cenizas en las calderas de biomasa se acumulan en un elemento del sistema conocido como cenicero que debe de ser vaciado cada vez que sea preciso, en función del uso y características de la caldera.

Revisar el quemador para comprobar que no existe ningún elemento extraño
Comprobación de las cenizas
Deben ser finas y de color gris claro. La existencia de cenizas muy oscuras o inquemados puede indicar una combustión no adecuada. En este caso es importante avisar al técnico especializado.
Revisión del quemador
Verificar que no se encuentre alguna piedra o impureza que pueda afectar el funcionamiento del mismo, es importante comprobar que están limpias todas las salidas de aire del quemador. Normalmente las calderas incorporan la limpieza automática del quemador.
Limpieza de otros elementos
No está de más realizar una limpieza exterior de otros elementos del sistema como por ejemplo el vidrio de la estufa. En la limpieza siempre utilizaremos productos especiales y, si tenemos dudas, consultaremos el manual de uso o bien al técnico.
Puestas en marcha de mantenimiento
Las calderas pueden pasar varios meses sin utilizarse y esa falta de uso puede provocar problemas. Podemos programar un funcionamiento de mantenimiento durante 10-15 minutos durante los meses de verano para que el sistema no quede bloqueado tanto tiempo.
Nunca debemos de manipular elementos de la caldera que no nos haya indicado el técnico o que no conozcamos. Ante cualquier duda es indispensable avisar al profesional que se encargará de darnos las pautas a seguir o bien revisará personalmente la instalación. Realizando un seguimiento y mínimo mantenimiento de la instalación ayudaremos a que la revisión oficial sea más sencilla y eficaz. La mejor actuación frente a las averías es la prevención.