Las palabras incendio forestal y verano son uno de esos binomios que de tanto repetirse al final se toman como algo normal y cotidiano. Además de la perdida de ecosistemas, los incendios se cobran la vida de personas, afectan a bienes materiales y conllevan unos costes administrativos que se cifran en casi 250 millones de euros/anuales.
No obstante, con el aprovechamiento de la biomasa forestal podríamos mejorar esos datos y reducir los incendios. Fijaros en la siguiente infografía que hemos encontrado en el blog de Triodos:
Es de sobra conocido que la mayoría de los incendios son provocados por el ser humano, bien sea por un descuido, por vandalismo… Llegar a controlar todo lo que ocurre en los bosques y montes es imposible y aunque se haya ganado mucho con las tareas de concienciación y educación medioambiental que se están llevando a cabo desde hace unos años, la disminución de los incendios no va al ritmo suficiente.
El bosque protector con la biomasa forestal
La clave está entonces en cómo reducir las consecuencias de un incendio una vez que éste se ha generado. Tener los bosques limpios y bien gestionados es fundamental y ahí es donde entra la biomasa. Para aprovechar justo esas 18 millones de toneladas que aparecen en la infografía.
Extrayendo biomasa de los bosques se favorece la regulación y el funcionamiento de los ecosistemas, se reduce la cantidad de materia forestal susceptible de quemarse y se evita así la propagación descontrolada de los incendios. Con este tipo de estrategia, se podría reducir el impacto de los incendios hasta en un 40%.
Además de estos beneficios ambientales, otra de las ventajas de este tipo de apuesta es la inyección económica que supone para las zonas rurales. Se atraen inversión para la construcción de plantas de procesado y generación de energía, se crean nuevos empleos, y se abastece a los alrededores de una fuente de energía de proximidad, limpia y a bajo coste. Y es que no hay que olvidar que en muchas zonas rurales la leña sigue siendo la principal material prima para calentar la casa durante el invierno.
Como veis, el aprovechamiento de la biomasa forestal, más allá de ser una fuente de energía verde, que ofrece grandes ahorros y que lleva manteniendo un coste estable en los últimos años, también puede ayudar a mantener nuestros ecosistemas, biodiversidad y mejorar la situación económica de las zonas rurales.