Uno de los principales usos que puede tener la energía solar térmica es poder generar agua caliente sanitaria por energía solar, para abastecer el consumo en las viviendas del agua caliente en baños, duchas, limpieza de platos, lavadoras o calefacción.
Todas las viviendas tienen distintas instalaciones para generar agua caliente sanitaria (A.C.S), sin embargo, desde hace varios años, existe un gran apoyo e impulso institucional y normativo en usar la energía solar en bloques de viviendas para este fin.
Gracias al gran número de horas de sol que tiene España, es sin duda una alternativa atractiva, sostenible con el medioambiente, y una opción muy rentable que permite grandes ahorros energéticos, ya que estima que un sistema de agua caliente sanitaria supone entre un 25 y un 40% del consumo energético de las viviendas.
Cómo se genera agua caliente mediante energía solar
Generar agua caliente sanitaria es uno de los principales usos que tiene la energía solar térmica, tanto para viviendas unifamiliares como para bloques de viviendas.
Los colectores se encargan de captar la radiación del sol, calentando el agua que circula por sus circuitos internos. Al calentarse el fluido, traspasa el calor con un intercambiador térmico pasando esa energía al agua para calentarla. Esta agua caliente quedará almacenada en un acumulador o depósito para quedar a disposición de su uso cuando se necesite, o circulará por el circuito de calefacción para calentar la vivienda.
Beneficios de usar la energía solar en ACS
Existen numerosas ventajas y beneficios al usar esta energía para generar agua caliente, partiendo de las mismas que presenta la energía solar como tal:
- Ayudas y subvenciones
- Ahorro de más de un 90% de energía para producir agua caliente
- Sostenibilidad y apoyo al medioambiente
- Ahorro en la factura energética
- Fácil instalación y uso
Tipos de sistemas de energía solar para ACS
Hay dos tipos de sistemas que usan la energía térmico-solar para poder generar agua caliente:
La transmisión de calor por el efecto termosifón
Es el más económico y fácil de montar. En este tipo de sistema, el fluido al calentarse se dilata, aumentando su volumen y bajando su peso. Esto hace que ascienda hasta donde está el acumulador, mientras que agua fría que se sitúa ahí, al tener mayor peso, descenderá por el otro lado del circuito. De esta forma se creará una circulación natural del fluido del sistema, con la cual se calentará el agua del acumulador para su otro circuito, donde ofrecerá esa agua para los usos de la vivienda.
El punto más importante a tener en cuenta es que la fuerza que impulsa este sistema de fluidos es pequeña, por lo que habrá que tener cuidado con el diseño y colocación del sistema, colocando el acumulador por encima de los captadores solares para favorecer el movimiento natural con la diferencia de temperaturas.
Estos sistemas de termosifón no consumen energía debido a la naturalidad de su funcionamiento con la diferencia de temperaturas, lo que los hace bastante atractivos. Sin embargo, al necesitar que captadores y acumulador estén juntos, será necesario comprobar la resistencia del tejado o lugar de la instalación.
Circulación forzada con intercambiador
Este sistema es más eficiente que el termosifón, pero a su vez también es menos económico. La principal diferencia es que, al contrario que el movimiento natural del fluido por la temperatura en el termosifón, en este sistema el movimiento se realiza a través de una bomba que proporciona un determinado caudal según las necesidades térmicas de ese momento.
De esta forma, ya no es necesario que el acumulador de agua caliente esté junto a los captadores solares. El depósito puede situarse en un lugar protegido del interior del edificio, y esto permite contar con depósitos de mayor tamaño.
Los sistemas con circulación forzada, además de necesitar energía para activar la bomba de circulación, necesitan una centralita para regular y controlar el sistema, para activar la bomba cuando haya diferencias en la temperatura, para que siempre haya la posibilidad de una ganancia de energía térmica en el intercambiador.
La centralita suele situarse en el interior de la vivienda, en un lugar de fácil acceso, y dispone de protección contra sobrecalentamientos y automatizaciones del caudal en los paneles solares.
En Greenheiss apostamos por la transición energética hacia un mayor uso de este tipo de energías renovables, poniendo a disposición de los profesionales los mejores equipos y herramientas para una instalación de calidad en cada proyecto.