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District Heating and Cooling (DHC) systems: Biomasa en España

District Heating and Cooling (DHC) systems: Biomasa en España

Las energías renovables y, más en concreto, la biomasa siguen abriéndose camino en el panorama energético español. Todos los informes y estudios así lo confirman. El de la Asociación de Empresas de Redes de Calor y Frío (ADHAC) reveló que las redes de calor y frío el pasado año ya superan en nuestro país las 400  lo que representa una potencia instalada de 1.448 MW frente a los 1.280 MW que se registraron en el ejercicio precedente. Es destacable que más del 7o% de las conocidas como District Heating and Cooling (DHC)  systems, se abastecen únicamente de fuentes de energías renovables y que la biomasa es el combustible que emplean tres de cada cuatro redes, de forma exclusiva o en combinación con otras fuentes energéticas.

La Asociación de Empresas de Redes de Calor y Frío (ADHAC) presentó recientemente el censo de  Redes de Calor y Frío de 2018. Al registro se han incorporado este año 50 redes más durante este periodo, hasta alcanzar las 402 redes en España, lo que representa una potencia instalada de 1.448 MW frente a los 1.280 MW que se registraron en el ejercicio precedente lo que supone un 13% más. Las redes abastecen ya a 5.000 edificios a través de 680 kilómetros, según las estimaciones del informe, lo que confirma la apuesta por la eficiencia energética y las consecuencias positivas para el medio ambiente. Dichas redes permiten un ahorro de 305.945 toneladas de CO2 a la atmósfera al año, además de un ahorro medio del 79% en consumo de combustibles fósiles.

Las conocidas como District Heating and Cooling (DHC) systems definen un sistema de producción centralizada de calor y frío mediante un entramado de redes que transportan fluidos térmicos para satisfacer la demanda de calefacción, agua caliente sanitaria y/o frío de todos aquellos usuarios que se encuentren conectados por dicho sistema (edificios residenciales, oficinas, comercios, hoteles…) lo que genera una alta eficiencia y un gran potencial de ahorro energético.

advanced district heating and cooling dhc systems

Redes de calor y frío y biomasa

La biomasa, la fuente de energía preferida

Es importante destacar como las renovables y, en especial la biomasa, están abriéndose camino también en este campo. El 72% de las redes se abastece únicamente de fuentes de energías renovables mientas que el resto realiza combinaciones energéticas entre las que destaca el gas natural. Así, la biomasa, el gas natural o la combinación de ambos con otros proporciona el 63% de la potencia total instalada, y el 20% de la  potencia instalada tiene origen renovable. En concreto, la biomasa es el combustible que emplean tres de cada cuatro redes, de forma exclusiva o en combinación con otros.

Respecto a la tipología de los clientes, el 68% pertenece al sector terciario; el 24% viviendas; y el 8% restante, a la industria. Así, el 45% de la potencia instalada se destina al sector terciario, seguido de un 32% para los hogares y un 23% que emplea la industria.

Según los datos de ADHAC, la titularidad pública y privada se reparte prácticamente a partes iguales; la pública, el 49%, y los clientes privados un 47%. La titularidad compartida o mixta queda en el 4% restante. Si atendemos al tipo de red la mayoría suministra únicamente calor -363-, 35 redes distribuyen calor y frío y cuatro de las redes únicamente frío.

Cataluña, Madrid y Navarra a la cabeza

La potencia de la redes sigue con su crecimiento sostenido. Del total de la potencia instalada, Cataluña, con 495 MW; Madrid, con 342 MW; y Navarra, con 175 MW; representan el 70% del total de la potencia instalada en el presente ejercicio en nuestro país.

Estos sistemas, relativamente recientes en España, están implantados desde hace años en muchos otros países y grandes capitales europeas como París. La capital francesa cuenta con la mayor red de frío urbana de Europa que alimenta a más de 500 edificios, entre ellos el Museo Louvre, con una red que suma más de 70 km.

La tendencia de éste y otros estudios revela la importancia creciente de las redes de frío y calor como una herramienta al servicio de la eficiencia energética y el cuidado del medio ambiente donde las energías renovables y, sobre todo la biomasa, tienen mucho que decir.