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Diferente combustible para calderas de biomasa

Diferente combustible para calderas de biomasa

Uno de los aspectos más importantes de los equipos de biomasa es el tipo de combustible que utilizan. Existen varios tipos de combustible para calderas de biomasa que se utilizan para usos térmicos. Los más comunes son los pellets, leña, astillas y otros restos orgánicos como huesos de aceituna o cáscaras de avellana o almendra.

Tipos de combustible para calderas de biomasa

Todos ellos comparten un denominador común: la calidad de la materia prima es esencial para conseguir mayor poder calorífico y un funcionamiento óptimo de todos los equipos de biomasa.

Pellets para calderas de biomasa

combustible calderas de biomasa

Son un biocombustible estandarizado a nivel internacional; pequeños cilindros de madera comprimida 100% natural, procedentes de talas y subproductos de la primera transformación de la madera (serrines, viruta, leña, etc), con un diámetro de pellets 6 u 8 mm y una longitud 3 a 4 cm (según certificación EN PLUS). Por su uniformidad, certificación, facilidad de almacenamiento y suministro son una de las opciones de combustible de biomasa más extendidas. Elegir pellets tiene como ventajas su gran poder calorífico, su facilidad para conseguir suministro y almacenamiento o el fácil acceso a pellet certificado. En su debe sobre todo el precio ya que es más caro que otros combustibles como la leña o las astillas.

El sistema de certificación de calidad más extendido es el ENplus®. Se basa en el estándar internacional ISO 17225-2 y en él se dividen a los pellets de madera para usos no industriales en tres calidades: A1, A2 y B. Recuerda que si utilizas pellets para su equipo, siempre elige producto certificado y de calidad.

Leña para biomasa

leña para calderas de biomasa

La opción tradicional para el combustible es la leña, bien sea cortada o presentada en briquetas. Actualmente existen estufas y calderas modernas, dotadas de las últimas tecnologías y funciones, adecuadas para el uso de leña o briquetas que ofrecen altos rendimientos y prestaciones.

La energía que producirá, su calidad y, por supuesto, la eficiencia y mantenimiento de los equipos, va a depender del tipo de madera y de la humedad que contenga. La mejor leña para la biomasa es la que no está verde o recién cortada, es decir la seca y troceada ya que presenta hasta el doble de poder calorífico que la leña verde o «blanda». Además mejora el rendimiento de los equipos.

La leña es un combustible barato  y con gran poder calorífico aunque no homogéneo, sobre todo de las briquetas y de la leña dura. Por contra, la mayoría de los casos no se puede automatizar la alimentación a la caldera ya que debe hacerse de forma manual. Además requiere mayor mantenimiento y limpieza de equipos y necesitas más espacio para su almacenamiento.

Astillas para biomasa

astillas para biomasa

Pequeños trozos de entre 5 y 63 mm de longitud, cuya calidad depende fundamentalmente de la materia prima de la que proceden, de su recogida y de la tecnología de astillado para procesarlas y, sobre todo, de la humedad contenida. Se trata de madera triturada que no contiene ningún tipo de aditivos.

En función de su procedencia y calidad, se distinguen Astillas de clase A1, A2, B1 y B2 según EN ISO 17225-11. Las A1 tienen niveles de humedad menores y son más homogéneas por lo que son más adecuadas para el uso doméstico.

Esta opción de combustible para calderas de biomasa tiene un precio muy competitivo, un poder calorífico muy alto en astillas con humedades bajas y muy cercano al del pellet pero, sin embargo, requiere mucho espacio para su almacenamiento y el suministro es complejo. Al ser menos densas, el transporte solo es rentable hasta una distancia corta (normalmente menos de 50 km).

Residuos agroindustriales para calderas de biomasa

cascaras para biomasa

Se originan en los procesos de producción de aceite de oliva y aceituna (hueso de aceituna) o de frutos secos (cáscara de almendra). Y también, en menor medida, en procesos de producción de las alcoholeras y de la uva. Gracias a los procesos de secado está permitido su uso como combustible.

Como puntos favorables presentan unos poderes caloríficos elevados (parecidos al pellet e incluso a veces superiores, especialmente en el caso de los huesos de aceituna), precios muy competitivos (similares o menores a los de la astilla). Sin embargo, la producción agroindustrial es estacional y por tanto, sus residuos también. Además el suministro depende en gran medida de la zona de España donde nos encontremos. Requiere además mayor mantenimiento que los pellets por ejemplo y, aunque actualmente el hueso de aceituna triturado ya se puede adquirir con certificado según la UNE 164003:2014 o bajo sellos de calidad BIOmasud, los demás productos de momento, no son productos homologables por lo que existe riesgo de elección de materiales de baja calidad.